Tomás Etcheverry continúa rompiendo moldes y batiendo récords en Roland Garros tras vencer al japonés Nishioka, y ahora irá por otro gran paso para acceder por primera vez a las semifinales del Abierto parisino: enfrentará al duro alemán Alexander Zverev.
El platense, de 23 años, transita un camino ascendente, superlativo en el Grand Slam, y apuesta a seguir por la senda triunfal cuando se mida con el alemán este miércoles a partir de las 10.
Claro que este inmejorable momento no hubiera sido posible sin el aliento y acompañamiento de su familia, entrenadores e hinchas argentinos que no paran de alentarlo en cada presentación en el torneo francés.
Pero el simpatizante más importante, que no pudo viajar a París por cuestiones obvias, se encuentra a miles de kilómetros, descansando, prendido a la tele y deseando fervientemente que su máximo ídolo alcance más gloria en suelo francés: su perro Roland Garros.
Roland Garros, tal como publicó en su cuenta personal de Twitter, el periodista especializado en tenis, Marcos Zugasti, tiene una historia muy particular con Etcheverry. "Hoy, en datos random, @tometcheverry, ya en la segunda semana de Rolanga, tiene un perro que se llama Roland Garros y le dice 'Rola'. Factos", publicó.
Gustavo Merbilhaa, ex entrenador del tenista argentino, contó en diálogo con 221Radio que "Tomás tenía una obsesión con este torneo. De hecho su perro se llamaba Roland Garros".
Y cerró: "Era distinto. Desde los 7 años, que entrenaba una hora dos veces por semana, me decía que quería entrenar más".