Lo que se dice en las mesas

 Lo que se dice en las mesas

Si la “gente de a pie” escuchara las conversaciones y análisis de las mesas de operaciones del mercado financiero, sobre la coyuntura y perspectivas, donde nadie se guarda nada y habla sin pelos en la lengua, seguro se tomaría un cóctel, doble, de whisky y clonazepam. Sin entrar, por ahora, en los números finitos, la situación es más o menos la siguiente: el Gobierno no puede perder abril. El panorama de las reservas es acuciante. Con la actual posición de reservas netas no pasa de un mes. Hoy todos miran a Washington esperando el guiño del FMI que dé rienda suelta al próximo desembolso, así Economía le puede pagar los vencimientos, y le quedan algunas miguitas. Pero el partido se juega con lo que el agro tenga para liquidar ya con la sequía llave en mano. Por eso se aguarda todo tipo de incentivo para que los agroexportadores anticipen la liquidación de divisas. El segundo trimestre es clave para el mercado. Entre abril y junio, el equipo Massa tiene que acumular todas las divisas que pueda para atravesar la transición de las PASO al 10-D. Ante la anorexia de reservas todos miran quién será la próxima víctima del cepo. No hay mucho para elegir. Así que se esperan nuevos apretones al torniquete de las importaciones, y una que otra nueva restricción, sobre todo si la demanda sigue picante como en el primer trimestre. Mucho se habla de los compromisos financieros y comerciales. ¿Qué harán las empresas? Un gestor arrojaba dos datos para enturbiar aún más el panorama de las reservas: el 9 de julio vencen soberanos por u$s810 millones y hay otros u$s1.550 millones de vencimientos privados. A nivel corporativo, la mayor parte se concentra en manos de YPF.

Los recientes anuncios de canje y otras yerbas no han entusiasmado. No hay casi adeptos. ¿Quién comprará los Bonares?, se preguntan los operadores. Parece que el mercado ya algo dijo. Tras la caída en los Globales después de los anuncios, la reciente recuperación es leída por los gestores como una señal que se dará marcha atrás y por eso subieron los títulos públicos. Lo que está llamando la atención a los operadores es la parsimonia del Banco Central en el mercado de futuros de dólar donde en marzo las posiciones abiertas de unos u$s3.500 millones serían sólo entre privados. Es que hay desarbitrajes en las tasas del dólar futuro y las del Tesoro. Nadie ve por delante una fuerte devaluación. Si ven un tipo de cambio promedio para la exportación más elevado que el actual. Con relación al desarbitraje, es relevante, pero respondería a que los demandantes de cobertura para riesgo cambiario prefieren demandar cobertura sin exponerse al soberano.

Hablando del dólar, un conocido inversor montándose a la onda de la nueva serie “Ringo”, recordó que en un reportaje Bonavena le contaba a Leo Gleizer que viajaba a Nueva York para firmar el contrato de la pelea con Muhammad Alí por unos u$s150.000, lo que según los cálculos de “Ringo” eran aproximadamente unos 60 millones de pesos. O sea, el dólar estaba, como hoy, a $400 en 1970. Claro en el medio el peso perdió unos cuantos ceros. Donde hay debate es sobre si habrá o no rally preelectoral (PASO). Muchos opinan que con los números macro lo importante es estar atentos a la transición. El tema es que todos los escenarios que se proyectan en el mercado, son de más inflación y caída del nivel de actividad. Si el 2023 cierra con 120% de inflación y una caída del PBI de 2% a 3%, ese sería el mejor escenario.

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