En el marco del acto de inauguarción del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que se realizó el 9 de julio, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció que, en septiembre se lanzará el proceso de licitación de la segunda etapa de esa mega-obra energética y, en 15 días se abrirá el proceso para la reversión del Gasoducto del Norte.

Se trata de dos anuncios muy importantes para el desarrollo y la construcción de la matriz energética propia de la Argentina, ya que nuestro país posee la segunda reserva más grande del mundo de gas no convencional: 308 trillones de pies cúbicos, que representan 193 años de consumo interno.

Es por eso que mucho se ha hablado de ellos, pero, ¿de qué se tratan estos proyectos y cuáles son las claves principales para comprender su relevancia? Estos son los cinco puntos fundamentales que hay que conocer al respecto:

Este proyecto tiene como obra principal la construcción de un tramo de 30 pulgadas que permitirá unir, en la provincia de Córdoba, los dos grandes sistemas que abastecen al país operados por las transportadoras Gas del Norte y Gas del Sur.

Las adecuaciones realizadas en un primer tramo del Gasoducto Norte hacen posible que a futuro el gas de Vaca Muerta llegue a esa zona del país. Asimismo, genera un ahorro fiscal cercano a los u$s23 millones mensuales porque favorecen la sustitución de importaciones de energía.

En su primera etapa, se extiende desde Tratayén (en Neuquén) a Salliqueló (en Buenos Aires) y atraviesa Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires. La segunda etapa conectará Salliqueló con San Jerónimo, en Santa Fe.

En primer lugar, permitirá suplir la caída de la producción convencional y pasar de la importación de energía al autoabastecimiento. Pero, por otro lado, se podrá generar capacidad exportadora de gas. Algunas estimaciones, calculan un ingreso potencial de divisas anual de más de u$s37.500 millones, según previsiones de la consultora CEPA.

Por otro lado, se espera que el incremento por recaudación podría llegar a u$s50 millones en la etapa 1 y u$s90 millones en la etapa 2 y la reducción de importaciones permitiría un ahorro en materia presupuestaria de u$s3.000 millones anuales en la etapa 1 y u$s5.600 millones en la etapa 2. También beneficiaría a regalías para las provincias productoras.

Según se espera, esta construcción del gasoducto permitirá ampliar la conexión de gas para llegar a usuarios que todavía no tienen acceso, que son alrededor del 30% de los hogares.