Al dólar y al oro les gusta jugar en el subibaja frecuentemente. Por eso, por estos días, a medida que la moneda estadounidense se debilita, el precio del metal se fortalece. Esto representa una oportunidad para quien sepa y quiera capitalizarla y hay varias claves para tener en cuenta respecto de esta dinámica y de cómo sacarle provecho desde Argentina, según los analistas. ¿Cuáles son y cómo leerlas?
La primera de ellas, según el economista Federico Glustein, está relacionada con la tasa de la Reserva Federal (Fed), “que impulsó a reserva valor a un activo que tiene consistencia temporal en cuanto a su valor económico y que, en un corto plazo, puede volver a fijarse como patrón de moneda”.
Es por eso que la tendencia a la baja en el dólar refleja una desaceleración de la tendencia inflacionaria en Estados Unidos, que podría redundar en un freno a la política agresiva de tasas que viene llevando adelante la Reserva Federal. En este contexto, el dólar, que se había vigorizado mucho en el mundo.
Asimismo, desde Epyca Consultores, el economista Joel Lupieri menciona que “uno de los principales drivers del día fueron los comentarios del Banco Central Europeo, que no pudo asegurar una decisión de subir tasas la semana próxima”.
Eso generó una caída en los rendimientos de los bonos, producto de un mayor estímulo para buscar reservas de valor. Y, tal como menciona Lupieri, el oro es siempre considerado un activo que permite salvaguardar riqueza en momentos de incertidumbre, como el actual.
En ese contexto, el oro se fortalece como reserva de valor y, en consecuencia, Glustein se refiere al anuncio que realizó el grupo de los BRICS, al que aspira ingresar la Argentina, que anunció que lanzará una moneda común respaldada por oro. “Es una propuesta tentadora a nivel global para desplazar al dólar como eje mundial del comercio y la estabilidad”, apunta el economista.
Y destaca que, “el hecho de que, después de haber tocado un piso de precio en septiembre y octubre, que esté en picos de su valor en estos momentos es una muestra de su flexibilidad económica, su escasez y su peso relativo en contextos de incertidumbre”.
De este modo, Glustein indica que la combinación del descenso inflacionario en Estados Unidos con un freno al alza de tasas por parte de la Fed es variable clave que cuentan para fabricar un escenario en el que, según su previsión, “el metal va a ser más demandado y, por ende, su trayectoria de precios será hacia arriba”.
Así, para Lupieri, el oro podría ser una buena alternativa en estos momentos para algunos inversores locales, “dado que es un producto intuitivo y tangible”. Y apunta que las barras de oro están muy difundidas como ahorro en Argentina.
Glustein coincide con esa visión, aunque aclara que se trata de “una inversión de largo plazo y que no es accesible para todos los actores”. Y, en ese sentido, apunta que una alternativa viable que menciona es apostar a los cedears de empresas mineras o hacerlo a través de un fondo cotizado en bolsa (ETFs, en inglés), que son una especie de “canasta” de activos financieros, al igual que un fondo común de inversión. “Estos pueden ser un canal válido para interpretar una inversión con un menor capital”, apunta Glustein.
Otra posibilidad es comprar el Cedears (títulos de empresas de otros países que cotizan en la bolsa local) de empresas explotadoras de oro o de un proveedor del sector, que se valorizará si sube el valor del metal o crece la industria asociada.
También están los contratos de futuro de oro de MatbaRofex, que permiten ingresar y salir en pesos en un contrato de una onza de oro dolarizado.
En argentina hay también algunas casas de bolsa que ofrecen Fondos Comunes de Inversión (FCI) atados al metal más brillante.
Y, finalmente, están las criptomonedas atadas al oro, que entran en la categoría de stablecoins y son una opción más segura que los demás activos del mundo cripto. Son similares a los fondos de oro y algunas de ellas son Pax Gold, Gold Mint o Tiberius (que, en realidad, es un mix de metales preciosos).
