Argentina dejaría de ser el mayor exportador global de harina de soja debido al impacto de una histórica sequía, dijo la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

La producción de la oleaginosa caería un 36% interanual con solo 27 millones de toneladas estimadas para el ciclo 2022/23.

De esta forma, Brasil pasaría a ocupar el primer puesto como proveedor internacional del derivado, señaló la BCR, que agregó que la última vez que Argentina se encontró por debajo de su vecino como exportador del producto fue hace 25 años.

"Argentina estaría exportando cerca de 20 millones de toneladas en la campaña 2022/23, un 29% del comercio global, ubicándose por debajo de Brasil", dijo en un comunicado la BCR, que detalló que las exportaciones de harina de soja de Brasil serían de entre 21 y 23 millones de toneladas.

De acuerdo con la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (Abiove), las ventas brasileñas de harina de soja subirían un 3,7% en 2023 a 20,7 millones de toneladas.

Argentina ha dominado el mercado internacional de la harina de soja en las últimas décadas gracias al poderoso complejo de molienda instalado en el país, cercano a su principal región agrícola y sobre el margen del caudaloso río Paraná, vía de salida de los embarques.

Sin embargo, una sequía que comenzó en mayo del año pasado y se extendió hasta inicios de marzo causó severas pérdidas productivas, que han impactado en la actividad agroindustrial.

El mes pasado, la cámara de molienda CIARA-CEC señaló que las plantas de procesamiento de soja de Argentina están operando con la capacidad ociosa más elevada de su historia por el impacto de la sequía y que las importaciones del grano para procesar subirían a cerca de 8 millones de toneladas.

Según datos del Gobierno, la temporada pasada las compañías agroexportadoras declararon embarques de harina de soja por un total de 23,5 millones de toneladas, por debajo de los 27 millones de toneladas de la campaña 2020/21.