Debate por la deuda pública: crónica de un default anunciado (Parte XIX)

 Debate por la deuda pública: crónica de un default anunciado (Parte XIX)

De la deuda récord contraída por 133 mil millones de dólares, 108.000 los emitió el Tesoro, de los cuales 76 mil en moneda extranjera. Durante el mismo periodo se fugaron 82 mil millones de dólares. Alcanzamos un récord entre (2016/2018), Argentina era el mayor tomador de préstamos del mundo.

Las coyunturas críticas, los procesos sociales de deterioro prolongado pueden devenir incrementales, involucrando cadenas que podían significar hipótesis aún más fuertes que 2001, nosotros avisábamos desde Diario Registrado. Las rutinas de investigación imbricadas nos permitían elaborar hipótesis para seguir debatiendo y aprendiendo. Había que decir que cuando hablábamos de 2001, estábamos tratando un caso restringido y temporal. No se podía generalizar, pero se podía aprovechar, para establecer un punto de partida para el debate.

Nada menos que O ‘Donnell teorizó sobre la despolitización y el dominio de la política por lo económico-financiero, y como esta despolitización requiere de un régimen que controle a la población por la fuerza. Pero O ‘Donnell reflexionó observando dictaduras militares y estábamos en democracia, más allá de ciertos brotes preocupantes de intolerancia y prepotencia que se observaban impunemente.

Aunque es cierto que la represión podría ser una opción creciente, preferíamos pensar en cómo los tecnócratas De la Rúa en 2001 no fueron capaces de ver los problemas políticos y sociales que enfrentaba el presidente. Eventualmente los CEOs Macri tampoco, allí podían producirse coincidencias. Pero había mucha UCR y ex UCR en CAMBIEMOS. En el gobierno de De la Rúa también había UCR. Durante 2000, el proceso de deterioro político fue funcional al ascenso de los tecnócratas locales e internacionales de los organismos multilaterales, quienes creían en soluciones técnicas, otorgándole menos relevancia a cuestiones institucionales, políticas y democráticas. El “círculo rojo” condiciono a DLR, luego a Duhalde, y más tarde a Kirchner. Macri no sería la excepción, precisamente su promoción procedía de una delegación más que obvia.

Una crisis-tomando de la psicología-es un “estado temporal de trastorno y desorganización”. El deterioro se inicia, se extiende y luego deviene pico de crisis; por ejemplo, por un presunto hecho de corrupción. Recuerde la Banelco. Luego sigue y llega el pico de la crisis: “estallido”. A esto sumemos las derivaciones reales macroeconómicas en manos de los tecnócratas de DLR, aunque allí había amplias ventajas sobre la impericia del equipo económico actual. Uno podrá no coincidir en nada con López Murphy y Cavallo, pero claramente no eran Dujovne y Caputo. En 2001 las decisiones economicistas debilitaron a un gobierno que ganó con 48%, y comenzó a caer fuerte, acelerándose la dinámica de la crisis y, finalmente llevándola al colapso”. Más tarde, la solución de la crisis llegaría de la mano de la reconstitución de la política y sus instituciones.

La movilización popular del 21F (febrero 2018) dejó dudas en materia de gobernabilidad, allí repiqueteaba el sonido de 2001. Cuando Cristina y los presos desaparecían de la TV, los periodistas militantes se quedan sin libreto. Con el 21F, poco se pudo hacer en términos de “marketing de camioneros alcohólicos”. No los hubo, no hubo desorden, ni peleas. Es que la caída del presidente en las encuestas, demostraba que la gente recordaba a un camionero hoy demonizado, que hasta hacia poco comía asados e inauguraba monumentos de Perón con el presidente Macri. - ¿Moyano era bueno o era malo? – Cambiemos se mareaba, los medios también quedaban mal parados. No se podía poner a la sociedad a optar entre dos amigos. Moyano se convirtió esos años en invitado frecuente de TN, fue muy bien tratado por la prensa relacionada al presidente. ¡Que negro vivo! Dijo un político. La verdad es que la distancia que existe entre un sindicalista y un empresario en términos de negociación es abismal a favor de los delegados gremiales.

Al ir consolidándose la oposición peronista, surgía evidente la disminución de poder de los grupos “dialoguistas”. Además, en 2018, salvo para María Eugenia Vidal, para otros gobernadores no había más plata, ya no sería tan fácil seducirlos. El gobierno ya no lograba generar la división que lo sostuvo, había perdido esa ventaja tan valiosa. La oposición había demostrado una enorme capacidad de confrontar en la calle, ya la experiencia de diciembre 2017 fue contundente. Los sucesos impidieron la reforma laboral, llevaron a la suspensión de las sesiones ordinarias del Congreso y neutralizaron el avance de las reformas estructurales. Ya no era Zaffaroni el que temía por otro 2001, Guillermo Nielsen economista referente de Massa dijo: “El Gobierno se endeuda a mansalva y habrá una crisis de deuda”. Que lo dijera el reestructurador de la deuda argentina. El ex presidente Duhalde decía: “La situación es muy parecida a la de 2001, coincidentemente con Christine Lagarde (FMI) quien avisó que los países debían prepararse para el cambio de paradigma. Ya no habría tantos dólares, y las tasas por los préstamos subirían.

Sobre llovido, mojado; después de la manifestación en la Av.9 de Julio, el presidente lanzó el debate sobre el aborto. Monseñor Aguer, arzobispo de La Plata, criticó con dureza al presidente y su gestión por posibilitar un debate sobre el aborto, diciendo “Este es un Gobierno sin principios de orden moral y natural”.

Con el Papa, ya alcanzaban las críticas a las mentiras, la insensibilidad social, la bruja ecuatoriana, el budismo zen, Sri Sri Raví Shankar y la masonería. La razón de lanzar ese debate seguía siendo “tapar la ausencia de buenas noticias”, hasta que el campeonato mundial que comenzaba en junio 2018, se llevara la atención de los hinchas, los asistentes a recitales, los usuarios de subterráneo, y otros grupos que elevaban un cantico que se viralizó en todos los estadios y lugares de reuniones públicas: “Mauricio Macri LPQTP…”.

En concreto, se buscaba desviar la mirada del fracaso de la lucha contra la inflación, y las denuncias de corrupción de Luis Caputo, Aranguren, Etchevere, Panama Papers, Correo Argentino, etcétera, que comenzaban a afectar al gobierno, como sucedió con DLR y “la Banelco”.

- ¿El discurso de Macri de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso trazaría una estrategia para 2018, o sería un nuevo conjunto de oraciones desorganizadas, en un lenguaje precario, de ideas inestables, expresadas con las frases huecas de un presidente sin destrezas oratorias? - ¿Insistiría con la reforma laboral? - ¿Le convenía seguir hablando de corrupción?

La sociedad se iba tornando menos tolerante con las denuncias que afectaban al gobierno-ya eran muchas-: Los hermanos de Macri por los Panamá Papers, el grupo Macri por la compra de parques eólicos; el reclamo a la AFIP para que se levantara el secreto fiscal del ministro Caputo, y le dieran datos sobre sus actividades “offshore”. El gobierno solo decidió usar un fusible, el saliente amenazante Subsecretario General de la Presidencia-Díaz Guilligan-por sus depósitos en Andorra no declarados, aunque es el juez Bonadío quien investigaba la causa… dijo el salmista “No permitiré que los engañadores sirvan en mi casa, y los mentirosos no permanecerán en mi presencia. Mi tarea diaria será descubrir a los perversos.” (Sal 101:7 y 8 NTV). La determinación de un rey de gobernar con rectitud. Su nombre era David. Éste es precisamente un Salmo que el hombre que tenía un corazón, según el corazón de Dios redactaría cuando estaba a punto de llegar a ser rey de Israel.

Los diputados del FPV pidieron la lista de funcionarios con inversiones “off-shore”. El papelón del ministro Dujovne ante la prensa extranjera, la impericia que implica pedir inversiones cuando su dinero estaba en el exterior. “Nadie confía en alguien que desconfía aun de su propia gestión”. Transparency Internacional, colocaba a la Argentina con Kuwait, Kosovo, Islas Salomón y Benin. El Wall Street Journal hablaba de lo difícil que era que Macri terminara el mandato. CNN castigaba duro el endeudamiento y se burlaba de un economista oficialista en la cara.

A todo esto, la respuesta del gobierno y el círculo rojo era acelerar un juicio contra Cristina, para enfundar las espantosas irregularidades tapadas por la prensa local.

Mientras tanto, los sondeos mostraban el descenso de porcentaje de quienes creían que la economía se expandiría.

Los intentos de introducir reformas neoliberales de los factores de poder y aún sectores del electorado partidarios de ese tipo de reformas económicas no iban a desaparecer. Lo que había entrado en crisis era “el instrumento”. Por lo tanto, los nuevos actores del reformismo neoliberal comenzarían a pisar a fondo, y 2018-2019 fue una cadavérica muestra de lo que podría ser “lo mismo, pero más rápido”.

Lo cierto es que no llegaron al poder por sus competencias técnicas o su formación académica, ellos manejaban poder desde la acumulación de recursos en el mundo de los negocios. Sus críticos los acusan hoy mismo de ignorantes e incultos. A sus precursores 1976-83, 1990-2001, se los ha acusado de muchas cosas, pero no de ignorantes.

Algo nuevo se observaba con el Macrismo: en lugar de despolitizar como la tecnocracia De la Rúa, utilizaron a la política como elemento de construcción de una nueva hegemonía. En los gobiernos tecnocráticos militares y civiles hasta 2001, el discurso oficial era economicista; estos empresarios en cambio hablaban de Chocobar, del mundial de Rusia, Venezuela, o de cualquier otra cosa, menos de economía (orden de Duran Barba). La experiencia “Cambiemos” fue una expresión más de fracaso de las mismas políticas. El PRO, se presentó como una tentativa de reconstrucción del neoliberalismo desde un lugar distinto al de la tecnocracia. No existe una palabra que forme parte de la jerga académica para definirla, porque CEOCRACIA fue una alusión irónica y despectiva que no forma parte del lenguaje académico.

Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. Director Ejecutivo de Fundación Esperanza @PabloTigani

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