Tango en Washington para abordar la crisis ecológica y la deuda de Argentina con el FMI

 Tango en Washington para abordar la crisis ecológica y la deuda de Argentina con el FMI

El impacto de la sequía en la producción agropecuaria nacional trascendió fronteras: incluso la subdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, explicó que ese fue el motivo de una modificación de los objetivos del organismo internacional. Mientras el gobierno nacional piensa medidas para paliar las pérdidas del sector agrícola, la organización Avaaz realizó una perfomance en Washington con propuestas para abordar la crisis de la deuda y los efectos negativos que atraviesa el medio ambiente.

La intervención callejera de los activistas de Avaaz en la capital estadounidense consistió en que dos mujeres disfrazadas (de Kristalina Georgieva, titular del FMI y de China) bailen tango lentamente, como representación del ardúo proceso de negociación con los principales acreedores que tiene nuestro país. Otra mujer vestida con los colores de nuestra bandera intenta participar de la danza, pero la pareja no se lo permite. Posteriormente, y cuando la música cambiaba a Libertango del artista argentino Ástor Piazzolla, los pasos comenzaban a intensificarse, para explicitar la urgencia nacional por encontrar una salida viable a su deuda, que reconozca los servicios ecosistémicos y el capital natural que proporciona la Argentina.

Además de la performance, cua consigna fue "hacen falta dos para bailar un tango y abordar la crisis de la deuda y la crisis de la naturaleza”, Avaaz presentó una propuesta técnica a representantes del Banco Mundial y el FMI, que se encontraban este miércoles en Washington. El objetivo de estas medidas es trazar líneas de acción a mediano y largo plazo que piensen el impacto que provocó en la economía argentina la sequía exacerbada por el cambio climático, junto a la necesidad de reevaluar la deuda soberana debido a los últimos índices de pobreza y las actuales condiciones de la arquitectura financiera global.

El equipo económico del organismo internacional Avaaz, que pretende aplicar este modelo de reestructuración en otras naciones en desarrollo, entiende que los países del Norte global y los organismos de crédito internacional deben reconocer la deuda ecológica que tienen con la región del Sur y propone canjes por acciones concretas de protección de la biodiversidad. En ese sentido, le solicitan tanto al FMI como a China una estrategia integrada que permita abordar ambas crisis.

Argentina es uno de los pocos acreedores ambientales que integran el G20. La capacidad natural del país es mayor que su huella ecológica, generada al proveer a otras economías de servicios ambientales por los cuales no se le paga. Sin embargo, el territorio nacional y sus sectores productivos sufren las consecuencias de una crisis climática generada por los países potencias, que han sobreexplotado los recursos naturales de las naciones del sur global, precisamente las que albergan las áreas más biodiversas del planeta.

“Avaaz considera que ya es hora de dejar de lado la retórica ambiental por parte de los gobiernos de los países desarrollados y se debe dar lugar a medidas reales donde los países concreten los compromisos asumidos en la lucha contra el cambio climático. Canjear deuda en la cual los países desarrollados son acreedores, con los países del sur que son deudores financieros pero que son acreedores ambientales. No solo es un acto de justicia ecológica, sino también una medida real para frenar la crisis climática en beneficios de todo el planeta”, indicó Oscar Soria, director de Campañas de Avaaz.

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