Investigación revela que en Estados Unidos, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido se han llegado a multiplicar hasta cinco veces los anuncios de trabajo remoto.
Si se aprueba una moción de censura, anularía el proyecto de ley de pensiones y obligaría a la primera ministra Elisabeth Borne a renunciar. Macron tendría entonces que nombrar un nuevo gobierno.
Candidato al órgano redactor de la carta fundamental por Aysén, reconoce que sintió la “obligación cívica” frente a este desafío: “No podía rehuir una tarea de este tipo”.