Cerebro: ¿cómo mantenerlo bien oxigenado?

 Cerebro: ¿cómo mantenerlo bien oxigenado?

Para que funcione de manera correcta, algo esencial que a nuestro cerebro le hace verdaderamente bien es mantenerlo bien oxigenado. Ya que nuestro sistema nervioso central, según se sabe, consume alrededor del 25% del oxígeno que ingresa en el organismo. Y cuando no recibe la cantidad necesaria, se expresa con agotamiento y falta de concentración. En algunos casos, incluso, con depresión que, a largo plazo, puede ser la causa de problemas más graves, como por ejemplo, un accidente cerebrovascular.

La falta de oxigenación es un factor que afecta directamente a la salud mental. Al mismo tiempo, hay condiciones -como la ansiedad- que hacen más difícil oxigenar el cerebro. Esto lleva al debilitamiento de la mente, lo que impulsa los estados depresivos.

Hay algunas señales sutiles de que el cerebro no posee el suficiente oxígeno. Por ejemplo, tener olvidos frecuentes o distraerse con facilidad, estados a los que pueden sumarse a la sensación de fatiga.

A veces el cerebro no puede acceder a un volumen de oxígeno adecuado por factores que nada tienen que ver con la respiración o la ansiedad. Uno de ellos es el funcionamiento del hígado. Este órgano posee, entre otras funciones, la de limpiar el organismo de toxinas. Por eso, cuando se habla de "desintoxicar el cuerpo" la referencia es en buena medida a depurar el hígado.

Si nuestro hígado trabaja de forma correcta, oxigena la sangre. De ser así, se abre el camino para que llegue al cerebro la cantidad de oxígeno necesaria. Los efectos son notorios son una memoria mejor, mayor concentración y estado de ánimo más óptimo. Por lo tanto, para que el cerebro esté oxigenado habría que comenzar por evaluar el estado del hígado.

Ahora bien, otro elemento que impide una correcta oxigenación del cerebro, como ya lo habíamos mencionado, es la ansiedad. Cuando aparece, aumenta la producción de cortisol, que es la famosa hormona del estrés. Esta sustancia tiene efectos fisiológicos que reducen la capacidad del organismo para llevar oxígeno al cerebro. Entonces todo se convierte en un círculo vicioso: a más estrés, menos oxigenación. Y a menor oxigenación, más estrés.

Es por eso que se recomienda hacer ejercicio físico, dado que durante su práctica se liberan sustancias mensajeras en la sangre que viajan al cerebro e influyen en su dinámica.

Entendiendo la importancia de oxigenar el cerebro, surge la pregunta obvia de cómo hacerlo. En términos generales, lo recomendable y obvio es sostener una dieta saludable; controlar el estrés y sostener la actividad física frecuente.

Según Harvard, el cerebro requiere como combustible constante el suministro de alimentos de calidad, los cuales deben aportarle vitaminas, minerales y antioxidantes para darle un óptimo funcionamiento. Por otra parte, el aumento de los síntomas de la ansiedad está vinculado a los niveles de oxígeno en la sangre.

Asimismo, tal como señala una publicación de la Universidad de Costa Rica, la práctica de ejercicio induce procesos específicos (la oxigenación es uno) y provoca entre otros efectos positivos la comunicación rápida y eficiente entre diferentes áreas cerebrales.

Otras formas de mantener el cerebro oxigenado son: la respiración y el bostezo.

Una buena respiración simplifica el acceso de oxígeno al cerebro. Para conseguirlo, es recomendable hacer el siguiente ejercicio

En general, es recomendable mantener una actividad física regular. Lo ideal es llevar a cabo ejercicio todos los días, por al menos 15 minutos. Dicho esto, hay algunas técnicas que se pueden realizar puntualmente, si aparece alguna señal de que el cerebro no está oxigenado lo suficiente.

Uno de estas formas es la del bostezo energético. Consiste en colocar la mano abierta sobre el rostro, ubicar el dedo pulgar debajo de un pómulo y el meñique debajo del otro. Los demás dedos deben apoyarse en el entrecejo, mientras simulas un bostezo profundo.

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