Los depósitos a plazo fijo crecen de la mano de las colocaciones mayoristas

 Los depósitos a plazo fijo crecen de la mano de las colocaciones mayoristas

De la mano de las colocaciones mayoristas, los depósitos a plazo fijo muestran en los primeros tres meses de este año un crecimiento promedio real del 16,5%, según indican datos del Banco Central. Se trata de un fenómeno ligado más que nada a operaciones de empresas e inversores y responde también a la política de suba de tasas de interés que puso en marcha la autoridad monetaria para seguir los parámetros del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si se hace un desagregado, las colocaciones a plazo minoristas vienen perdiendo terreno desde que comenzó el año, mientras que las mayoristas crecen y es lo que hace que en el conjunto dé números positivos. Según indica la consultora LCG, los depósitos minoristas a plazo cayeron en términos reales 15,1% en enero, 14,1% en febrero y 16% en marzo, mientras que los otros crecieron 30%, 23% y 25,6% en el mismo período, en forma respectiva.

El reporte de LCG señala al respecto que “exceptuando las colocaciones a tres meses, el resto de los plazos fijos minoristas se vienen contrayendo en términos reales desde octubre de 2020”. “Por el contrario, las colocaciones mayoristas muestran contracción en 10 de los 30 meses. Asimismo, desde enero de 2022 solo tuvo dos caídas mensuales reales, mostrando una dinámica distinta a los minoristas”, señala el informe. LCG plantea que la dinámica de los depósitos a plazo podría ser afectada por una posible ampliación de la brecha en un contexto de falta aguda de dólares.

Por otro lado, en términos generales, el plazo promedio de las colocaciones se viene achicando desde que comenzó 2023. En promedio bajó de 53,5 días a 52,9 en marzo, lo que indica la desconfianza del público. Por debajo de los 60 días es el nivel que había en marzo de 2003, luego de la crisis de 2001. Es el nivel más bajo desde el pico de casi 110 días en 2006.

Frente a ello, la política del Banco Central ha sido la de tratar de acompañar la suba de las tasas de interés en función de los datos de la inflación y de las minidevaluaciones diarias que lleva a cabo para evitar que el dólar oficial quede muy retrasado de la inflación. El viernes próximo se conocerán los datos del IPC de marzo en cual la mayoría de las consultoras anticipa que se ubicará cercanos al 7%. En rigor, el directorio de la entidad procura manejar sus decisiones en función de la inflación núcleo.

En febrero, por caso, el nivel general de precios creció 6,6% pero la núcleo creció 7,7%. Así, el BCRA subió las tasas del plazo fijo y las Leliqs a 28 días en 3 puntos porcentuales, al llevarla al 78% nominal anual lo que equivale a una Tasa Efectiva Anual (TEA) del 113,2% para los depósitos de hasta $10 millones y al 69,5% nominal anual para el resto. Algunos economistas, como Andrés Reschini, opinan que la entidad que conduce Miguel Pesce puede llegar a hacer algunas correcciones en la tasa, pero lejos de igualar la tasa de inflación mensual. Para ello la tasa efectiva mensual debería ser del 7%, equivalente a una nominal de 85%.

Pedro Siaba Serrate, economista de Portfolio Personal Inversiones (PPI) considera que es probable que el Banco Central tenga que subir la tasa. “Hay que ver lo que está ocurriendo con el crawling peg. Lo vienen subiendo desde que comenzó abril. En el contexto del dólar soja si no se toca la tasa genera un desincentivo a los productores a liquidar. Van a preferir quedarse con sus granos y financiarse en pesos”, explicó el economista.

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